Ideas Lean para cumplir con la higiene de manos

La semana pasada fue el día mundial de la higiene de manos, una iniciativa internacional de promoción de la salud que pretende reducir las infecciones asociadas a la atención sanitaria. Estas infecciones constituyen uno de los eventos adversos más frecuentes en los hospitales (en los países desarrollados complica entre el 5% y el 10% de los ingresos en los hospitales) aunque la mayoría podrían prevenirse mediante una buena higiene de las manos; es decir, limpiándose las manos en el momento oportuno y de forma apropiada.

Sin un buen lavado de manos podemos propagar enfermedades, dado que en ellas se alojan multitud de microorganismos y todos los días tocamos alimentos, superficies u objetos que otros tocarán después. La lista de las enfermedades que pueden contagiarse a través de unas manos es larga, más de 200, entre las que destacan infecciones respiratorias, gastroenteritis, conjuntivitis…

Es por este motivo qué en la mayoría de los centros sanitarios, e incluso en otros espacios con mucha concurrencia (guarderías y colegios, transportes públicos, centros de trabajo…) se han instaurado protocolos y campañas para promover y mejorar la higiene de manos.

Realmente se trata de un acto sencillo, efectivo y económico para evitar contagios. Aunque, sorprendentemente y por diversos motivos, no está dando los frutos esperados.

Si preguntáramos a los profesionales los motivos por los que puede verse mermada la práctica del lavado de manos en la sanidad, algunas de las cosas que nos dirían son:

Cogiendo como ejemplo uno de los motivos anteriores “FALTA DE MEDIOS PARA EL LAVADO DE MANOS”, os propongo aplicar algunas ideas “Lean” que pueden ayudar a aumentar la tasa de adherencia.

Lo primero que deberemos hacer es entender las causas que expliquen por qué pueden faltar estos medios (dispensadores, productos…), para así poder atajar el problema de raíz. Esto lo haríamos con un análisis causa raíz preguntando repetidamente por qué.  

Así, una de las primeras razones podría ser que no haya dispensador o que no se sepa dónde está. Una buena organización del espacio basada en conceptos de gestión visual ayudaría a solucionarlo. Para que esto funcione necesitamos identificar su ubicación, colocarlo en un lugar accesible (que minimice los movimientos) y despejado (libre de otros objetos que entorpezcan), con unas instrucciones de la correcta técnica de lavado de manos (muy esquemáticas y en el punto de uso), etc…

Solucionado esto, lo siguiente con lo que nos podemos encontrar es con un dispensador de producto vacío. En este caso, debemos asegurar el aprovisionamiento mediante un doble bin (doble cajón). ¿Cómo funcionaría? Debemos disponer de dos dispensadores de tal forma que, si uno se agota, tengamos disponible el otro. Evidentemente, el doble bin debe ir acompañado de un sistema que asegure que se rellena el primer dispensador antes de acabar el segundo.

Pero ¿cómo aseguramos que no se usa el segundo dispensador hasta agotar el primero? Y ¿Cómo comunicar que se debe rellenar un dispensador? En el siguiente video podéis coger unas ideas.

(Fuente: video de Maxpert Medical publicado en el blog de Mark Graban)

En esta solución, se ve como mediante un cajón que se cierra para aislar el dispensador de recambio, se evita el uso de este por error. Este sistema estaría funcionando como un Poka Yoke (mecanismo a prueba de errores), basado en una barrera física que evita el descuido.

En el mismo video se observa cómo mediante el uso de tarjetas (Kanban) de colores tipo semáforo, se identifica el estado del dispensador y las necesidades de aprovisionamiento. [ROJO = necesita reponerse. AMARILLO = ya se ha pedido. VERDE = tiene producto]

¿Y si todo esto no es suficiente? Pues posiblemente el problema no esté solo en los medios disponibles para la higiene de manos, sino que también existan motivos ligados a hábitos, comportamientos y cultura de la organización. Sin embargo, la implantación de estas mejoras “Lean”, además de mejorar a corto plazo la tasa de adherencia de la higiene de manos, habrá sentado las bases para establecer nuevas iniciativas dentro del ciclo de la mejora continua.