El pasado sábado se examinó mi hija del MIR, por si alguien no lo conoce es el examen que da acceso a los licenciados en Medicina a las plazas de Residente en hospitales con la que culminarán su formación. Es el examen que cierra 6 años de estudios universitarios y casi uno de dedicación intensa y exclusiva.
El examen empezaba a las 4:00 y las puertas se abrían a las 3:30. Desde casa se tarda unos 20 minutos en coche a la sede del examen (la facultad de Ciencias de la Información). Así que planifiqué salir a las 2:30. El objetivo, llegar a la sede a las 3:00 lo que dejaba unos 30 minutos de margen hasta que abriesen las puertas.
El problema comenzó cuando a pocos kilómetros de casa un accidente nos retrasó unos 15 minutos. Aún estábamos a tiempo, la previsión era llegar a las 3:05. Pero para asegurar el tema, decidimos utilizar Waze, el navegador de Google, para comprobar la hora de llegada.
Decidí no seguir las indicaciones del navegador en un momento dado ya que conozco la zona y sabía que había un camino mejor. El problema es que cuando estábamos a unos 500 metros de la sede, el navegador nos dirigía por otra ruta de casi 2 km y llegando a las 3:30. Decidí no hacerle caso de nuevo, y en un par de minutos estábamos en la puerta. Eran las 3:15.
Si hubiese seguido las indicaciones de Waze, habríamos llegado tarde. ¿Qué ocurrió? ¿Waze falla? ¿ Introdujimos mal la dirección? No parece que el fallo fuese de Waze porque mi hija tenía abierto Apple Maps y el camino sugerido era el mismo en los dos navegadores. Entonces, ¿Cuál era el problema? ¿Por qué nos daba mal las indicaciones?
La razón era mucho más sencilla, la facultad de Ciencias de la Información está en una avenida de dos direcciones. Los navegadores buscaban la ruta para llevarnos EXACTAMENTE a la puerta de la facultad. Sin tener en cuenta que cruzar la avenida no es en absoluto un problema y supone unos segundos. Mi camino nos dejaba en mucho menos tiempo al otro lado de la avenida.
El despliegue del objetivo no fue bueno. Mientras todos queríamos «llegar a la sede del examen antes de las 3:00», Waze interpretó el objetivo como «parar exactamente en la Avenida Complutense nº 3».
Este «pequeño detalle» de interpretación del objetivo pudo suponer un auténtico desastre, y me recordó que al desplegar (comunicar y asignar objetivos) todos los esfuerzos de comunicación son pocos. Y además, que no basta con desplegarlos, hay que hacer un seguimiento y control inteligente de los objetivos.