Habitualmente cuando hablo con clientes sobre la estandarización, surge un comentario sobre la indisciplina de los españoles. Es cosa cultural, dicen.
Sin embargo, el problema es muchas veces que simplemente no existe un estándar, o si existe no se cumple. Hace pocos días lo sufrí en primera persona. Decidí que para ajustar aún más en el gasto de calefacción en casa iba a sustituir una parte de las válvulas de los radiadores por válvulas termostáticas (si la temperatura en la habitación es mayor que la fijada, cierra la entrada de agua al radiador). El primer problema es que después de montar las válvulas, tres de cinco (un 60%!!!) fugaban por el mecanismo, no por las uniones, no era un problema de montaje, sino un fallo de la válvula.El tema era bastante molesto, porque me suponía volver a vaciar el circuito de calefacción, desmontar y comprar las válvulas. Devolví las válvulas y no pude comprar nuevas, no había en el lineal. Monté las viejas válvulas y decidí esperar unos días. A los pocos días volví a comprar válvulas. Al coger del lineal las tres que necesitaba, reconocí, por la forma en la que estaba abierta la bolsa, dos de las defectuosas que había devuelto hacía un par de días. Por supuesto, el responsable del área me dijo que el problema es que en devoluciones no marcaban los productos defectuosos como debían hacer. En fin, un problema de disciplina.
Sin embargo, hace muchos años aprendí que el análisis de por qué se produce un fallo tiene una primera fase que normalmente olvidamos: El análisis de ventana. El análisis de un problema se puede resumir en la siguiente tabla:
De los cuatro escenarios posibles, sólo uno supone un problema de disciplina. Sin embargo, la mayor parte de los casos asumimos que este es el problema raíz, y que es un tema cultural contra el que poco se puede hacer, y es que “somos así”. Hasta el punto de que renunciamos a generar estándares porque no se van a cumplir.
No se cuál es el problema raíz del error que supuso que tuviese que volver a vaciar el circuito de la calefacción. Lo triste es que probablemente en este almacén de bricolaje tampoco lo saben, por lo que volverá a pasar mañana…