Probar, fallar, aprender y volver a probar

Lean es una disciplina basada en la ciencia que utiliza hechos, datos, procesos, medidas y análisis para gestionar las actividades de una organización, optimizar la eficiencia, reducir los tiempos y eliminar defectos.

Muchas veces en Lean hablamos de la importancia de aplicar el método científico para la resolución de problemas, con este método aprendemos lo que no funciona y a no repetir los errores. El método científico es básicamente un conjunto de técnicas para investigar fenómenos, adquirir nuevos conocimientos o corregir e integrar conocimientos previos. Este aprendizaje nos permite desarrollar contramedidas más creativas e innovadoras para abordar un problema.

Los errores se producen por diversas razones, y para evitar que se repitan, es necesario comprender la razón de fondo: preguntarse el porqué de las cosas.

La historia ha demostrado que, para avanzar y lograr el éxito de una idea, primero hay que fallar.
Fueron las habilidades de observación y razonamiento de Fleming que hicieron posible el descubrimiento de la penicilina, no fue solo un evento accidental. Fue gracias a una hipótesis que formuló el científico.

método científicoLa innovación se basa en la metodología de prueba y error. Un científico trabaja sus hipótesis basándose en diferentes ideas y realiza experimentos que prueben o rechacen sus teorías hasta conseguir el resultado deseado. Y puede fallar muchas veces, pero si no lo intenta no lo conseguirá. Probar, fallar, aprender y volver a probar, para transformar la experiencia en conocimiento.

El método científico es la manera en que se obtiene conocimiento de manera segura siguiendo una serie de pasos bien definidos. De este modo, se puede comprobar que la información conseguida es verdadera, ya que es verificable mediante un experimento que reproduzca las condiciones anteriores que han servido para llegar a un conocimiento concreto. Cualquier ejemplo de método científico deberá seguir una serie de pasos concretos, que serán los que determinen su carácter de científico y no de otra forma de conocimiento.

El método científico tiene muchas formas. Pero sigue una premisa secuencial básica.

  • Observación: Todo empieza con una pregunta, y para buscar la respuesta el primer paso es recopilar toda la información que podamos. Observar y hacer referencia al problema que se quiere estudiar o comprender, identificar su origen y su impacto.
  • Hipótesis: Es una idea que se formula y que podría ser una posible explicación coherente de los hechos observados y las posibles causas. Un tema crítico y clave es la determinación de los indicadores de medición que se usarán.
  • Experimentación: Consiste en llevar a cabo los experimentos que sean necesarios para comprobar o refutar la hipótesis. Documentar experiencias, hallazgos, resultados de la rutina,…
  • Teoría: De cara a los experimentos realizados, se elaborará una teoría que debería explicar la situación observada y que se basará en la hipótesis más probable.
  • Conclusiones: De cara a la teoría formulada, se exponen todos los resultados de la investigación llevada a cabo. Pueden ocurrir dos cosas: ¿el experimento confirma la hipótesis? Si la respuesta es que no, se debe replantear la hipótesis. Si el resultado ha sido positivo, se implantarán los resultados obtenidos.

El método científico es un proceso de investigación. Esto requiere trabajar con datos y hechos, analizar los problemas identificados desde el terreno, y trabajar sobre la verdadera causa raíz de los problemas.

Es un método perfecto para tomar decisiones.  Cuando se nos plantea un problema, no hay nada mejor que poner toda la información sobre la mesa y hacer un poco de investigación previa, tomar una decisión (hipótesis), llevarla a cabo (experimento) y luego analizar que tal ha ido la cosa.

La ciencia se basa en hechos no en opiniones. Tiene que haber datos que soporten cualquier teoría o hipótesis. Por eso, desarrollar nuestra cultura científica nos ayuda a trabajar el espíritu crítico.