Muchas organizaciones no consiguen implantar con éxito el modelo Lean porque se centran en las técnicas o las herramientas, y olvidan lo verdaderamente importante, los principios rectores del modelo.
Si bien es cierto que la aplicación combinada del método, las técnicas y las herramientas correctas en cada momento es necesaria para implantar los principios fundamentales de Lean, la verdadera revolución se encuentra en entender la filosofía que hay detrás de todo este sistema.
Un proyecto Lean es un proyecto de cambio de cultura, es decir, un proyecto orientado a cambiar las formas en que las personas reaccionan frente a determinadas circunstancias. En este cambio está implicada toda la organización, empezando desde la alta dirección.
La cultura dominante de una organización tiene un gran impacto en la tasa de éxito de cualquier iniciativa de cambio.
Lean es un conjunto de principios y reglas y no únicamente herramientas, que es lo que vemos desde fuera. Las herramientas se focalizan en los cambios físicos del sistema, sin embargo, la manera de pensar debe ser interiorizada por todos los miembros de la organización.
Se puede solucionar un problema diario mediante el uso de una herramienta Lean, pero si el pensamiento tradicional persiste en la compañía, los problemas seguirán surgiendo todos los días. Por tanto, solo un cambio cultural llevará a la verdadera transformación Lean.
Para llevar a cabo una buena implantación del modelo Lean y que se mantenga en el tiempo hay que tener en cuenta unos factores clave:
- Comprender la filosofía Lean
Las técnicas, herramientas y tecnologías ayudan mucho a implementar Lean, pero no son suficientes por sí mismos. Si se quiere tener éxito a largo plazo, dentro de la organización, hay que tener personas que crean y vivan la filosofía Lean, y que esta nueva forma de pensar entre en el ADN de la compañía. - Primero rutinas, luego cambio cultural
Si queremos cambiar la cultura de una empresa simplemente explicando los beneficios de Lean, seguramente fracasaremos, porque la gente espera que los cambios ocurran por sí mismos. Primero habrá que llevar a cabo un cambio de comportamiento a través de nuevas rutinas, esto producirá un cambio de actitud debido a estos nuevos estándares, y finalmente, las personas empezarán a experimentar un cambio cultural dentro de la empresa.
- Compartir conocimientos y aprender rápidamente de los errores
Peter Senge (2006) dijo que «las organizaciones más exitosas del siglo XXI serán aquellas que estén abiertas al aprendizaje». Las personas que trabajan en un entorno de aprendizaje consideran a la empresa, no solo un lugar para ir a trabajar, sino un lugar para aprender cómo ofrecer un mejor producto o servicio todos los días. Steven J. Spear resumió esta estrategia en un ciclo que consta de 4 pasos:
a) Aprende a ver los problemas cuando ocurren y hazlos visibles.
b) Ataca y resuelve problemas de inmediato dónde y cuándo ocurre.
c) Comparte nuevos conocimientos a lo largo de toda la organización.
d) Aprende a liderar el desarrollo de los 3 puntos anteriores. - Participación de todos los miembros de la organización
Sin duda, la implantación del lean debe ser entendida y apoyada por todos y cada uno de los miembros de la organización. Se pasará de un modelo de gestión jerárquica a relaciones basadas en el liderazgo y el trabajo en equipo en la que los empleados puedan proponer fácilmente sus ideas e implementarlas para mejorar. Esta forma de pensar implica tener líderes, no jefes, que apoyen y gestionen de manera efectiva las ideas y las mejoras diarias.
- Adoptar un pensamiento holístico o sistemático
Peter Senge (2006) afirma que «la capacidad de aprender más rápido que sus competidores, puede ser la única ventaja competitiva en este siglo». Las personas tienden a proteger su territorio y su trabajo, además se mantienen resistentes al cambio, buscan su propio beneficio. Lean en cambio fomenta el trabajo en equipo, a trabajar en un entorno de cooperación y comunicación clave para que los resultados sean mayores que la suma de los aportes individuales. Así que finalmente la gente termina adoptando una forma de pensamiento más abierta y holística y son capaces de resolver el desafío.
Y por último… no decaer ante los fracasos. La implantación de un programa Lean es un camino largo que recuerda a una ascensión a una montaña. Requiere esfuerzo, preparación, técnica y tiempo. A veces, podemos encontrar dificultades en el camino, o desviarnos de la ruta marcada; pero siempre debemos avanzar en la dirección correcta hasta llegar a la cumbre: la meta, la excelencia.