Fleming y la Penicilina, ¿Cuestión de suerte?

Esta mañana mientras iba en el coche he tenido la oportunidad de escuchar en Ondacero una explicación «surrealista» de un gran avance tecnológico. Hoy tocaba el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming. El diálogo entre Carlos Herrera y el Cani ha tenido momentos muy graciosos como cuando ha explicado que,

«…este hombre lo descubrió casualmente, Mr. Charli. Este hombre vino de vacaciones, este hombre era un gran investigador, vino de vacaciones y se encontró una plaquita hongos. Esos hongos, había pasado el tiempo, las tres semanitas que se pegó con la mujer de voltereta, y cuando vino descubrió que esos hongos habían matado a otros hongos…»

Si nos olvidamos de que como explican después lo que mataron los hongos fue una colonia de bacterias y toda otra serie de disparates que siguen,  caben dos explicaciones a este descubrimiento:

1) Fleming fue un hombre afortunado que tuvo un golpe suerte que nadie antes había tenido: Mientras cultivaba una colonia de bacterias se produjo una contaminación y descubrió la penicilina. Nunca antes se había producido una contaminación semejante y lejos de ser un gran científico a Fleming simplemente «le tocó la lotería»…

2) La segunda explicación parte de la hipótesis de que probablemente antes que a Fleming a otros médicos, biólogos o científicos en se les había contaminado una colonia de bacterias con un hongo. Probablemente las bacterias habían muerto, pero los científicos simplemente se limitaron a quejarse de su mala suerte y lavar los cultivos… Fleming se preguntó ¿POR QUÉ?

Yo personalmente me inclino por la segunda explicación. Especialmente cuando en algunas biografías destacan la gran capacidad de observación e intuición del científico.

En uno de mis libros preferidos, y que muy frecuentemente recomiendo, «¿Cómo mojar una galleta?» su autor Len Fisher dice en el prólogo: «…para mí y para otros científicos, preguntar ¿por qué? es una de las cosas más serias que podemos hacer». En mis presentaciones utilizo una frase de Heisenberg (que tengo que confesar rescaté de la publicidad de un laboratorio farmacéutico) que dice «investigar es ver lo que todos ven y pensar lo que nadie piensa».

Así que estoy convencido que Fleming no se limitó a limpiar el material del laboratorio ante el «fracaso» de su experimento, sino que se preguntó ¿por qué? y fue capaz de ver lo otros no eran capaces de ver.

Esta semana hemos empezado un proyecto para reducir las pérdidas de líquido en una línea de llenado. Estoy seguro que si somos capaces de hacer como Fleming el proyecto será un éxito. Estoy seguro que si aplicamos esas dos sencillas reglas a nuestra forma de enfrentarnos a los problemas, el resultado será increíble.