Mejorar el grado de cumplimiento de la higiene de manos para prevenir las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria se ha convertido actualmente en un reto para todos los centros sanitarios, pero conseguirlo y mantenerlo no está exento de dificultades y requiere un gran esfuerzo de los profesionales.
La OMS celebra desde el año 2005 cada 5 de mayo, el Día Mundial de la Higiene de Manos, coincidiendo con el lanzamiento del Reto Mundial para la Seguridad del Paciente bajo el lema “Salvar vidas está en tus manos”. Como años anteriores el objetivo es mantener y fomentar la expansión del programa de higiene de manos del SNS a todos los centros asistenciales.
Un correcto lavado de manos es una de las principales prácticas para prevenir la propagación de infecciones en el ámbito sanitario, según la OMS, que cree podría salvar unos 8 millones de vidas cada año, sólo en hospitales. La campaña promueve la higiene de manos como una medida primordial en la reducción de las infecciones producidas en la atención sanitaria.
La OMS destaca que los programas de prevención y control de la infección incluyen la higiene de manos como un elemento crítico para lograr la Cobertura Universal de la Salud por tres motivos:
- es una práctica basada en la evidencia
- ha demostrado un impacto en la atención de calidad y en la Seguridad del Paciente
- alcanza todos los niveles de la atención sanitaria.
Con el fin de conseguir una mejora de la higiene de las manos en los profesionales, eficaz y sostenida en todos los centros sanitarios, la OMS identifica cinco momentos clave en los que la higiene de manos de los profesionales puede evitar al paciente posibles infecciones. Estos 5 momentos constituyen una herramienta para identificar todas las ocasiones en las que el profesional debe aplicar esta medida durante la atención sanitaria, así como para distinguir aquellas en las que no resulta necesario hacerlo; además, es una manera para tener un modelo de referencia y un estándar.
Momento 1: Antes del contacto con el paciente.
Momento 2: Antes de realizar una tarea limpia o aséptica.
Momento 3: Después del riesgo de exposición a fluidos corporales.
Momento 4: Después del contacto con el paciente.
Momento 5: Después del contacto con el entorno del paciente.
Los primeros dos momentos se producen antes de llevar a cabo una acción y tienen como objetivo prevenir el riesgo de contaminación para el paciente. Los otros tres se producen tras haber llevado a cabo una actuación, en estos casos la higiene de manos previene el riesgo de contaminación del profesional y de la diseminación de microorganismos al área asistencial.
En la web de la OMS podéis encontrar materiales diversos sobre la implantación de esta práctica segura.
El objetivo principal es mejorar la higiene de manos en todo el mundo, comprometiendo a los países a aplicar estrategias de fomento de esta práctica y ensayar la aplicación de las directrices de la OMS en la atención sanitaria. Los instrumentos necesarios para lograr con éxito estos objetivos son sobre todo la educación y motivación del personal asistencial, disponibilidad de protocolos claros y fáciles de seguir, participación de los pacientes. El Día Mundial del Lavado de Manos representa una oportunidad para consolidar este beneficioso hábito.
Y bajo la óptica Lean, ¿qué herramientas podemos usar para cumplir con la higiene de manos? En este post encontrarás algunas ideas.